lunes, 5 de septiembre de 2011

Todo es un problema de comunicación...

La verdad es que no quiero caer en tópicos ni pienso dar una teoría extensa sobre la comunicación, pero sí me sorprende, y mucho, la cantidad de problemas que se pueden solucionar en una empresa (y en la vida, en general) sólo con cuidar un poco la comunicación... A lo largo de estos años, he realizado diversos trabajos para mis clientes que me han permitido constatar esto.

Ya no hablo de lo obvio, es decir, que una buena comunicación interna por parte de la empresa y un buen nivel de comunicación en general entre un jefe y su equipo redunda en un mejor ambiente, reduce los miedos y favorece la transparencia... Creo que muchos han hablado ya de esto, más, mejor y con mayor profundidad que yo....

Lo que me sorprende es que una empresa me contrate para que haga una descripción de puestos de trabajo, por ejemplo, y yo acabe averiguando cosas como por qué pierden un 10% del margen de beneficios que se plantean al inicio de cada proyecto, por qué la productividad es menor de lo que se calculaba, cómo ha cambiado el organigrama interno de la compañía de forma espontánea y sin que la cúpula directiva siquiera lo sospeche, o qué errores cometen con frecuencia los empleados de X departamento y que los del departamento Y subsanan haciendo un proceso Z que no está contemplado ni recogido en ningún documento... No hablo de una única empresa, por supuesto, sino de varias distintas.... Pero son casos verídicos. Y digo yo,... si me explican esto a mí, sólo con dedicarles unos minutos de atención y escucha... ¿no se lo habrían explicado acaso a su jefe? Es decir, si su jefe hubiese tenido el tiempo de dedicarles un rato para hacer lo que yo estaba haciendo, seguramente habría descubierto muchas cosas y habría podido ponerles remedio...

Al final, todo es un problema de comunicación.

viernes, 2 de septiembre de 2011

La vuelta al (cole) trabajo

Será que soy un animal de costumbres o que todavía tengo a mis espaldas más años escolares que de trabajo, pero sea como sea, para mí, desde siempre, el año "empieza" en Septiembre.

No, no quiere decir que me ponga guirnaldas, me plante un espantasuegras y me vaya a bailar la conga después de comer uvas el 31 de Agosto, pero es verdad que todo eso de "los propósitos de año nuevo", las promesas, las reflexiones vitales, etc., de las que tanto se habla en diciembre y enero, en mi caso se dan en Septiembre, cuando empieza el curso escolar... Aunque ya no vaya a clase ni tenga 3 meses de vacaciones (aiiinsss, quien pudiera!). [Ojo, que sé que no soy la única, sino de qué tanta colección de abanicos en miniatura, piezas de coches, zapatos, muñecas, etc.... que se empiezan en septiembre]

Así que, fruto de un cierto impulso producido por la vuelta al cole trabajo, aquí me véis, iniciándome en el mundo de blogger, como uno de tantos propósitos que me hago a la vuelta de vacaciones (propósito que espero dure más que las colecciones de abanicos en miniatura :P)...Y después de darle muchas vueltas, he decidido centrar las reflexiones que verteré en este blog en el mundo de los RRHH que es el área funcional en la que llevo trabajando más de 7 años. Un área a menudo incomprendida, que encuentro apasionante, que me permite trabajar cada día con personas. Y eso es lo más divertido que pueda existir en el mundo, porque, con las personas, muchas veces, la realidad supera la ficción...

Aprendo, me divierto, descubro.... y, a veces, alucino...